Debaten las olas la vida
bajo los cielos cerrados
por las dudas:
Negros pensamientos,
se adentran en la
oscuridad de la noche...
y en la frenética espuma
del enfadado piélago
baila embriagado el
reflejo de la luna.
La oscuridad me abruma,
sintiendo un leve frio en
mi corazón
Sintiendo el mar de las
emociones enfurecidas,
arrastrando esta
melancolía....
que por la razón del
corazón
enmudece a las neuronas y
las extravía.
Sé que la luz está en
algún sitio... escondida,
esperando que la encuentre
para que me ilumine el
camino de vuelta.
Es duro, las olas me
arrastran bajo este mar enfurecido...
al reino de las
sirenas, donde la calma fría y sin
sosiego,
rendida sin ánimo para
resistir el embate
de su fuerza sin feudo.
Siento en mi cuerpo un
abrazo
que sujeta al terror y al
miedo,
intentando que mi cuerpo
se deje mecer
por la bravura eterna de
las olas y el tiempo.
Quizá no sea hoy, quizás no sea el momento...
Tendida sobre el mar... sin refugio, ando errante...
Quizá no sea hoy, quizás no sea el momento...
Tendida sobre el mar... sin refugio, ando errante...
el viento de las olas
acuna mi destino...
mi corazón solo,
desterrado...
y los espacios de mis intersticios cubiertos
de la sal de ese mar a la deriva,
que curará las llagas que supuran sin descanso,
cicatrizando la negrura de aquellos pensamientos,
cauterizando las dudas de ese cielo encapotado.
Ruge el mar, mareas altas,
oscureciendo el infinito océano,
plagado de mentiras, de falsedad
a cada ola que rompe...
En el acantilado que se
fue puliendo
con la sabiduría que la naturaleza grabó
en sus pétreas entrañas...
y que con cada granito de sal...
escribe tu nombre, para mil años recordar
que estoy aquí hundida
en este mar sin fondo
y realmente no sé
si quiero ver la brillante luz
que me ilumina desde el otro lado...
o dejar que mi cuerpo navegue a la deriva
por los espacios de mis intersticios purulentos,
esperando que la sal de ese mar a la deriva,
esperando que la sal de ese mar a la deriva,
curará las llagas que supuran sin descanso,
cicatrizando la negrura de aquellos pensamientos y
cicatrizando la negrura de aquellos pensamientos y
cauterizando las dudas de ese cielo encapotado…
Autores:
Rosana, Olga, María Rodrigues, Joan,
Miguel Ángel, e Hilvanando Palabras...
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